Si hay algo difícil para una empresa, es conseguir el talento adecuado. Muchas veces un currículum trae consigo una cantidad de estudios y experiencia, siendo favorecido por la evaluación cuantitativa, mientras que la cualitativa es otra historia. El caso contrario, y aún más curioso, son aquellas personas autodidactas, emprendedoras y más capaces que el promedio, quienes no tienen como validar estas cualidades en un papel, pero que mágicamente llegan a formar parte de tu equipo y en el que su trabajo habla por sí solo.
En Hozt, solemos reclutar personas para distintos proyectos, básicamente en dos roles: diseñadores y desarrolladores. Existe un talento increíble en Venezuela en redes como Behance y LinkedIn, en donde dichos creativos han formado un portafolio online que los hace destacar fácilmente. Sin embargo y concretamente, el rol de desarrollador web es como una aguja en un pajar.
Además de esto, existe una disputa de un rol intermedio, pues el diseñador es quien crea la parte gráfica y el desarrollador es quien escribe la parte lógica, pero hay un código que es netamente visual, que no ofrece condiciones lógicas (código semántico) y el cual los programadores generalmente no están interesados y los diseñadores suelen temerle: HTML y su hermano, CSS. A este rol se le suele llamar “Maquetador web” siendo el puente entre el diseño y el código.
Tanto diseñadores como programadores deben tener parte de lo que es un maquetador y así ejercer correctamente. Imaginen las complicaciones en la búsqueda de alguien con este perfil en la ciudad; no existe título universitario que lo valide y los cursos posibles online muchas veces no tienen certificación.
Ante este déficit se nos ocurrió una solución posible: ofrecer cursos de maquetación. De esta manera, programadores y diseñadores estarían interesados, perdiendo así la barrera existente que hay con respecto a este rol y automáticamente “cazamos talentos”.